sábado, 21 de mayo de 2011

Érase una vez la democracia (I)

Capítulo 1

El nacimiento de una mentira
Erase una vez un dictador asesino y criminal que dio plenos poderes a un príncipe discípulo de Maquiavelo. Le ofreció mantener los privilegios en un reino necesitado de las ayudas estructurales de la Unión Europea a cambio de ceder el control a las mismas familias políticas y financieras que le habían perpetuado en el poder. Para ello se ayudó de una tómbola amañada llamada Transición a la Democracia (que no democrática), y así escenificar una farsa y otorgar al pueblo el premio de la muñeca pepona de la libertad.
Y con ello, el príncipe tuvo una hija a la que llamó Democracia Parlamentaria.
Capítulo 2
El jefe de todo esto
Aquel príncipe, vistió en las mejores galas de las cortes europeas y mundiales para ofrecerse como ejemplo del mejor garante de los derechos civiles. Aquellas cortes que conformaban el Imperio del Mal con la ayuda inestimable de la CIA desde su sede operativa en Langley (Virginia), gobernaban el mundo y monitorizaban la producción de armas, de drogas, de ordenadores, de automóviles, de aparatos electrónicos, así como la gestión de las Bolsas, de redes de prostitución, la explotación infantil y dictaban las leyes del pensamiento único a través de los medios de comunicación.
Así fue que el Fondo Monetario Internacional, las incipientes bancas islámicas que controlaban el negocio del petróleo, la Banca Mundial, la Banda de Bildelberg y diversos freelances expertos en gangsterismo financiero dieron unas palmaditas al príncipe con el fin de establecer el bipartidismo político, obediencia plena a la Constitución y la bendición al dictador que tantas muertes y sufrimiento causó. De la mentira nació el jefe de todo esto, un rey absoluto.
Capítulo 3
Silencio, se rueda
Pero en aquel reino, ciudadanos con pensamiento propio quisieron una sociedad más justa, equilibrada y transparente. Familias enteras de obreros, asociaciones de vecinos, sindicatos que no querían obedecer a la patronal de empresarios, organizaciones de mujeres valientes y luchadoras o colectivos representantes de otras formas de pensamiento, tendencia sexual o cultural que defendían su identidad a través de su cultura, su lengua, su idea de pertenencia a una comunidad o creencia religiosa, dispusieron de la calle como escenario para rodar una historia con derecho real a cameo.
Tanto miedo produjo en los garantes de la Democracia a perder su “status quo” que pusieron en práctica un maquiavélico plan que anulara todas aquellas iniciativas valiéndose en algunos casos de la violencia, de la censura, del mobbing social y en casos extremos de terrorismo de estado llegando a asesinar. En resumen, se silenció todo para no rodar una película que consideraban agitadora de conciencias.
Capítulo 4
¿Qué hemos hecho para merecer esto?
Una vez establecido el pensamiento único y fracturado el vínculo con toda moral social y política, un partido supuestamente de izquierdas destrozó todo el tejido industrial del país abocando a miles de familias al paro y con ello a un holocausto de la pobreza, la desesperación, la humillación y un callejón sin salida. A ello ayudó mecanismos de desactivación de iniciativas de miles de jóvenes con la entrada de la heroína en todos los suburbios de las grandes ciudades.
La población también quedó a merced de luchas políticas e identidades asesinas en manos de terroristas como ETA o el GAL y sometida al miedo de un sistema penitenciario y policial no muy alejado del sistema represivo de la dictadura.
Los responsables de todo eran como los “Diez negritos” donde todos parecían ser culpables o inocentes en una red de coartadas que implicaban o descartaban como si fuera una reunión de trileros en hora punta en las Ramblas de Barcelona.
Capítulo 5
Es la economía estúpido
Así pues, una vez vendido el sector agrario a las políticas de control de la Unión Europea, destrozado el tejido industrial y con media población en el límite del subdesarrollo, se iniciaron proyectos y políticas para convertir el país en un baúl cerrado de economía de servicios dependiente del turismo y el mercado del ladrillo que ayudó a mejorar la economía de muchas familias. Éstas creyeron que la mejoría era producto de la Democracia, de un sistema económico fuerte, que el país y sus ciudadanos eran el no va más y que se construyó una Democracia Real en tiempo record sin haber tenido más referentes que cuarenta años de dictadura, siglos de opio catolicista y alguna escapada a los cines eróticos de Perpignan.
¿Cómo era posible tener todo lo que se deseó y por duplicado? Coches, teles, ordenadores, dos residencias, ganancias económicas gracias a la especulación inmobiliaria, obtención de créditos en blanco…vivir por encima de las posibilidades! ¿Cómo era posible? Es la economía estúpido.

2 comentarios:

  1. Un relato muy educativo. Maravilloso Jesús. Me encanta la manera tan clara que tienes de explicar la historia. Eres un maestro ;)

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